Los consultorios que están integrados a un centro asistencial u hospital consisten en habitaciones que están especialmente acondicionadas para llevar a cabo la mencionada tarea.
Disponen de un escritorio en el cual el médico entrevista a su paciente, es decir, conversan acerca de los motivos de la consulta.
De acuerdo a esos comentarios el médico puede recomendarle determinadas acciones, derivarlo a otro especialista, extenderle órdenes para que se someta a alguna práctica, entre otras cuestiones.
También es frecuente que el consultorio cuente con una camilla en la cual el médico puede realizarle una revisión de rutina, como por ejemplo medirle la presión sanguínea, tomarle el pulso, palpar alguna parte de su cuerpo, entre otras acciones.
En tanto, en el caso de aquellos consultorios que no forman parte de un nosocomio, además de esta habitación en la cual el médico entrevista a su paciente, existe, una vez pasada la entrada, una sala de espera en la cual el paciente se anuncia ante un secretario o asistente del médico y luego de la anunciación debe esperar sentado a que el médico lo haga ingresar a su consultorio.